sábado, 5 de julio de 2014



Hay que combatir el mal, se escucha por ahí.
¿Qué es el mal?

¿El final de una película argentina
la gente que dice chauchis
que se acabe la botella de cerveza cuando alguien que te gusta está enfrente
que se te rompa la tostada que se te quemó cuando la raspás
la palabra estetoscopio
el amor a temperatura ambiente
el viento levantándote la pollera
las relaciones a distancia
el lunes
el viernes cuando estás depresivo
las calzas de un ciclista
 el puré con grumos
la vuelta crónica de Tinelli
las clases de castellano de Anamá Ferreyra
que te claven un visto en Facebook
el eslabón perdido en la cadena involutiva
los atardeceres arañados de los domingos
el “ no te mentí, te oculté”
las ganas de estornudar y no poder
las ganas de cualquier cosa y no poder?

El mal,
primo hermano del bien, animalito de compañía, mejor amigo del hombre, el otro lado de la misma moneda.
Qué es el mal, sino el mar dicho por algún chino.

                                                 



No todo lo que está perdido se puede encontrar



Existe una araña que une todo lo existente. Con una pata de cada color, con un hilo de cada color en cada pata de color.
Se mueve tan rápido por los postes de luz que nunca la llegamos a ver, apenas la sentimos cuando nos toca como un brillo de menta en el pecho , un pequeñito aire frío que se deja respirar, un salto imperceptible de segundo que pareció durar mucho más
La tipa teje y según la pata con la que más teje, es el color principal de la unión. Claro que estamos los daltónicos confundidos de siempre y a veces nos encaprichamos, y a veces soltamos antes y a veces estamos una eternidad dando vueltas hasta enredarnos solos , pero lo que quizás parece antes o demasiado, para la araña no lo es .Ella va entramando su red con una finísima hebra del tiempo invisible a ojos humanos, en esa hebra está todo el secreto de los tiempos, de lo que nosotros creemos que fue casualidad y le llamamos suerte, o del capricho que se nos cae de las manos y le llamamos desgracia. Pero nada aparece suelto azarosamente ni para lo que en general llamamos bien, ni para lo que llamamos mal.
La araña sabe, se dedica a eso, no rompemos un hilo hasta que ella sabe que estamos verdaderamente preparados para vivir sin ese hilo, y no trenza una unión hasta que el corazón no está lo suficientemente fuerte para ser un extremo de esa red.
Unir los hechos pasados no es más que hacer un recuento de los hilos de la araña, saberla riéndose mientras nosotros creyéndonos grandiosos con nuestra pequeñidad de controladores del universo, nos encontramos sorprendidos al ver como las piezas fueron encajando en las partes oscuras y en las partes claras, hasta lograr un nuevo color que es el hilo que nos sale ahora del pecho.
Por eso, esta noche cuando sientas un huracancito en la respiración, un olor a manzanilla repentino y fugaz , una dejadez de estrella cayendo por el hombro no te preocupes otra vez, es la araña que está tejiéndote de nuevo una unión con algo que vos todavía no sabés

Se busca licenciado en opinología, no es necesario tener experiencia previa en nada.


Cómo tu sillón no va a saber
que con vos como director técnico
la Argentina saldría campeón hasta cuando no hay mundial.
Que con vos como presidente
la única inflación sería la de los globos para festejar
la dicha del país.
Que con vos como ingeniero
el tráfico no existiría
y el sentido de las calles sería el sentido común.
Que vos podés hacer que Messi meta goles
que los hijos de todos se críen derechitos
que el semáforo de la nueve de julio tarde más en cortar
que la Nasa confiese los cuarenta aliens que tiene en el freezer
que el reggaetón tenga al menos tres acordes distintos
que los chinos no cobren el frío de la heladera
que el papa con pico y pala desgrane el oro del vaticano y lo regale
y hasta que yo escriba profundo.
Podés arreglar el mundo en cincuenta segundos
pero eso lo sabe sólo tu sillón
desde el que vivís la vida
cuchareando acciones del resto
por la ventana.
Raspando
las realidades de los demás
como si fueran fondos quemados
de cacerolas.
Las teorías
son pequeños dioses mediocres
que siempre saben cómo hacer todo
pero hay un pequeño detalle
que no entra en el panorama técnico:
la ciencia de la realidad
suele presentar contradicciones
en el momento de llevarla a cabo.